19.7.07

Gardel es uruguayo... yyy???

Hace un par de semanas estuve por BsAs. Lo más interesante que rescaté nada tiene que ver con el curso que hice, sino con la reafirmación de nuestra calidad de hermanitos menores llorones de los argentinos.

Conocida e histórica es la discusión sobre la nacionalidad de la leyenda del tango Don Carlos Gardel. A partir del 24 de Junio de 1935, los uruguayos nos hemos desgañitado defendiendo el origen oriental del zorzal criollo mientras los argentinos poco decían al respecto, salvo alguno que otro que tiraba el venenazo de que nació en Francia para hacer calentar a los historiadores uruguayos.
El plan maestro de los argentinos funcionó a la perfección. Instalada la polémica, hecho que seguramente tenga origen en los dichos de algún argentino pero que por el momento no puedo demostrar, nosotros nos concentramos en obsoletos estudios históricos sobre partidas de nacimientos, cambios de hijos, empleadas que tenían hijos bastardos de sus patrones, franceses de apellidos Gardès, y anda mais...
De ahí en más solo fue cuestión de que algún argentino reavivara la polémica cuando la misma decaía un poco, generando un nuevo aluvión de estudios, pruebas y contra pruebas, que nos volvían a sacar de la verdadera cuestión.

Con la tranquilidad que dio a los argentinos nuestros desvelos intrascendentes, aprovecharon todo este tiempo para apropiarse de lo que realmente importa: el legado tanguero. Museos del tango cada 2 o 3 cuadras, musica de tango por todo el microcentro, parejas que salen a bailar por las calles en las noches, pinturas, esculturas, barrios enteros dedicados a homenajear la cultura tanguera. Miles de turistas que van a Bs. As. a recorrer La Boca y sentir los origenes de esa música que, como toda moda, está volviendo.
Y nosotros con que nos quedamos? Con una tapera en Tacuarembó! Reconozcamoslo: nos garronearon bien. No es que no sepa que la cultura tanguera nació, creció y tuvo su centro en Bs. As., por lo que que el calificativo "garronear" aplicado a los argentinos no está nada bien, pero si les queríamos garronear algo más (nuestro último robo: el ahora padrillo Invasor era el arrabal... no al gilguero de Gardel!
Entramos como lo que somos: el enano llorón al que le esconden el caramelo para luego darselo y que se quede contento, cuando el premio era una milhoja de dulce de leche gigante...

A propósito: cuando cuadre arranco las clases de tango, porque la guita que levantaban los bailarines en la calle, no tiene nombre... le voy a sacar viruta al piso!

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