Otoño cucumélico

No quiero dejar terminar este otoño sin desatorarme de la espina que tengo trancada desde la última actualización de vidriera en las tiendas de ropa, pero parece que los resonantes opertativos antinarcóticos que se han producido desde el año pasado, han tenido efectos notoriamente inesperados. Al menos para mi.

Al parecer, la escacez de los estupefacientes típicos (marihuana y cocaína) hizo volcar a la población consumidora a productos más autóctonos, típicamente: el cucumelo. Este vuelco en los hábitos de consumo pueden haber sido más o menos efectivos o notorios en algunos grupos sociales, pero hay algunos que no dejan la menor duda en su desesperada huída hacia el hongo: los diseñadores de moda y sus compinches los vidrieristas.
Como consecuencia directa, nos hemos visto inundados de vestidos violeta, pantalones violeta, buzos violeta, camisas violeta, zapatos violeta, calzas violeta, collares violeta, pañuelos violeta, carteras violeta, violetas violeta, y toda clase de accesorios y decoraciones de color violeta en todas y cada una de las vidrieras de tiendas (especialmente las femeninas). Hace tiempo que, al menos quien escribe, ha traspasado el límite de la saturación. Quedan ya, apenas como un lejano recuerdo, aquellas primeras prendas que, por lo simpático de su nóvel tono, nos dejaron una linda impresión y un pensamiento de aprovación al osado diseñador que sacó de lo profundo de su paleta de colores el añil tono. Hoy sabemos que no hubo nada de creativo en esos primeros visos del atrevido color violeta en las calles de nuestras ciudades, sino que en el gérmen de esa movida se encontraba la más aborreciente desesperación de un grupo de personas obligadas a salirse de su cauce y recorrer las aguas tormentosas de un desabrido té de hongos.

Salir a la calle en estos días, es vivir cada segundo en el vilo de encontrarnos una horda de duendes que nos confirme nuestra sospecha de haber consumido alguna infusión del Psilocybe-cubensis... A las autoridades rogamos que dejen pasar algún cargamento por el bien de la salud mental pública...