Como quien no quiere la cosa pasaron 5 años de aquel comienzo en el barrio Peñarol. 5 años que se fueron volando, lo que magnifica la relevancia del logro: 1000 casas construidas por los jóvenes uruguayos de la mano de Un techo para mi país.
Uno a veces, cegado por la costumbre, deja de ver claro lo que se está haciendo. Son esperanzas que se vuelven a prender, algo que no tiene valor y que no se puede medir, porque en cada casa no solo reviven las esperanzas de la familia, sino también la de muchos jóvenes que creen que un mundo más justo es posible siempre que estemos dispuestos a embarrarnos las botas para eso.
No estuve ahí, pero estoy seguro que la casa 1000 fue la más fácil de construir: estuvieron allí más de 6000 jóvenes y 900 y pico de familias que hoy siguen trabajando por salir adelante.
Es mucho, son 1000 casas. No es tanto, es solo el comienzo.

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Nota de prensa en la página de Presidencia (con audio y fotos)
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