Arrabales perfumados

46 minutos que sutilmente pasan volando en un instante que parece demasiado poco para ese tiempo. Uno se queda con ganas de un poco más de tango.
Suaves tangos que se van diluyendo en los oidos, sin grandes orquestas, solo la nítida voz navegando sobre melodías que en otros contextos no serían más que arreglos pidiendo decorar un escenario más potente, pero que en 'Viajera' son la base que equilibran perfectamente con las voces para dejar espacio a lo que da la potencia del disco: las letras. Letras que la autora se anima a compartir, en una cronología que comienza en 1924 y termina en 2006, con los grandes: Discepolo, Le Pera, Contursí, Expósito, Manzi, Gardel.
Mucho corage.
El mismo corage que requiere compartir temas con grandes contemporáneos: Hugo Fattoruso, Martín Ibarburo y Popo Romano (excelente bajo sin trastes en 'Miente')

Un disco de quiebre: tercero en la discografía de la autora pero primero en que incluye composiciones propias. Un acierto total.

Un punto aparte merece la voz en el disco: lo suficientemente masculina como para colarse con autoridad en el género y lo suficientemente femenina como para que las melodías recorran profundos caminos que terminan cautivando y atrapando hasta a los oídos menos tangueros. Hasta los poco habituados al tango tienden (tendemos) a terminar engatuzados.
Como habitualmente en el tango, los mensajes que quedan son predominantemente tristes, pero mirando con atención queda un mensaje de esperanza para los neo-adeptos: los mejores temas del disco coinciden con los temas propios de Malena.

Para el debe, para los que nos gusta tener los discos originales, la presentación del mismo es bastante desabrida y sin una idea que la conduzca. La verdad que ver el disco en la góndola de una disquería no llama mucho a vicharlo o comprarlo.

>Info:
Malena Muyala, Viajera.
Editado por Bizarro, 2007.