Con la ventaja que dan las 4 fechas jugadas hasta el momento y la excusa de que siempre la corremos de atrás, voy a dar paso a mis comentarios sobre el campeonato Metropolitano de basquetbol 2009 que está en pleno arranque.

Arriba el tema es claro: Montevideo corre con el caballo del comisario ya que más allá del buen equipo que armó, cuenta con una figura descollante, el gran "subidor" Diego Taramasso, complementado con la base sub-23 del campeón Biguá y un americano de los que pesan. Esto es lo que puede comentar cualquiera con una mínima noción del basquet, pero desde acá vamos a agregar otro factor que va a pesar cuando lleguen las que duelen, y es el apoyo, bajo los camalotes, del contratista Claudio "Pata" Pereyra al proyecto deportivo del club. La Liga se ha transformado en un mercado interesante, y que mejor que tener un club propio para mostrar los jugadores de uno, ¿verdad Pata?
Atentos a lo que pasa con Montevideo, y mirando para el costado para acomodarse a pelear el segundo ascenso, aparece un pelotón formado por Welcome, Urunday y, por qué no, 25 de Agosto.
Welcome con la base de Hebraica y confiado de que es de los pocos capaces de jugar la Liga, Urunday manteniendo la base de hace unos cuantos años con el plus de Borselino, y 25 apoyado en el inestable trípode Silveira-Aguilera-Fittipaldo (no se sabe cuanto puede rendir en Uruguay - se acuerdan el triple que tiró en la final Aguada/Goes el año pasado? - un gurí...)
Peleando a ver quien va a ocupar el lugar que deje Goes el año que viene en 3ra., la irregularidad manifiesta marca que pueden estar casi todos, con algunos que sacaron buenos boletos: Olivol jugado a lo que haga Huggins; Verdirrojo jugados también al americano y la dupla Saldanha-Ramirez (que cuadrazo si fuera el 2000!); Yale (el club del barrio) también jugados al americano y a las sobras que les dejó Malvín; me animo a agregar a Larrañaga con otro equipo de la década pasada (Federico Martinez, Martín Volf y Luis Carpio), y dejo para el final a un gran candidato como el Larre, sin americanos, con Sub-25 si peso alguno, con Sub-23 sin futuro alguno, y con pocos más que sumen. Lo abultado de este pelotón es la esperanza de muchos de ellos.
Para el final el comentario de todos los años: el Metro es un mundo pararelo al basquetbol mundial donde cualquier cosa puede pasar. Una lesión, un cambio de americano, una racha de partidos ganados que hagan agarrar confianza a un cuadro, y el pronóstico más calificado se cae a pedazos. Acá cualquiera le gana a cualquiera y eso es lo lindo del Metro, lo que le da ese sabor tan particular que tanto me gusta, y lo que lo diferencia de la cada vez más desabrida (y menos uruguaya) Liga Uruguaya.